lunes, 25 de abril de 2011

No, no empiezo un diario, es simplemente, un trozo del mío.



Empiezo este diario porque a ella le hubiese gustado que escribiese uno. Siempre le ha encantado escribir cada cosa que le pasaba, cada recuerdo, por pequeño que fuera, cada detalle, cada sonrisa. Sí, era una amante de las sonrisas, de los guiños sin complejos, de las miradas comprensivas. En sus últimos días me confesó donde guardaba sus diarios y me pidió que se los guardara, todos y cada uno de sus pequeños tesoros, día a día, año por año.
Abuela, quiero que sepas que desde aquí te echamos de menos. Echamos tus cenizas al mar como pediste, y los años siguientes te mandamos flores entre las olas. Ahora podrás verlo todo desde arriba, como siempre habías soñado. Volar por encima de todos nosotros, sin que nadie te vea, reírte de la pésima vida que llevan ahora las personas que te hicieron daño, y darnos suerte en pequeños golpes de aire a quienes quieres.

Te queremos mucho, abuela.

1 comentario:

  1. me encanto lo que le dedicaste a tu abuela , ami me paso lo mismo con la mía que ya no esta, hoy yo escribo pero ella fue la primer persona que alguna vez me regalo un libro.. y de allí comenzó todo.
    ¿que pasa con las abuelas que siempre parece conocerlo todo aun cuando se están llendo?

    me encanta tu blog..
    a veces a sentir mucho para escribir todas estas cosas :)

    lo mejor (L)
    noemi,lulita

    ResponderEliminar