lunes, 25 de abril de 2011

No, no empiezo un diario, es simplemente, un trozo del mío.



Empiezo este diario porque a ella le hubiese gustado que escribiese uno. Siempre le ha encantado escribir cada cosa que le pasaba, cada recuerdo, por pequeño que fuera, cada detalle, cada sonrisa. Sí, era una amante de las sonrisas, de los guiños sin complejos, de las miradas comprensivas. En sus últimos días me confesó donde guardaba sus diarios y me pidió que se los guardara, todos y cada uno de sus pequeños tesoros, día a día, año por año.
Abuela, quiero que sepas que desde aquí te echamos de menos. Echamos tus cenizas al mar como pediste, y los años siguientes te mandamos flores entre las olas. Ahora podrás verlo todo desde arriba, como siempre habías soñado. Volar por encima de todos nosotros, sin que nadie te vea, reírte de la pésima vida que llevan ahora las personas que te hicieron daño, y darnos suerte en pequeños golpes de aire a quienes quieres.

Te queremos mucho, abuela.

miércoles, 20 de abril de 2011

Cómeme a versos.


La mejor postura para hacer el amor,
es adoptar una postura contra la guerra.

Hoy he descubierto mi verdadero yo.
Mi verdadera naturaleza;
tatuajes, graffitis, sexo, rap & drogas.

-Los tatuajes son como los códigos de barras, te reconocen.
-Pintar un graff es como un orgasmo, la pintura mancha tanto como el semen.
-El sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reír.
-Solo tengo una cadena, y es la que me ata al R.A.P como si fuese una maldita condena.
-Don't drink and drive, smoke and fly.

viernes, 15 de abril de 2011

Continuará...


Llegué a casa con un estrés impresionante. Un día, sólo un día y acabaría los exámenes. Salí al pequeño balcón de casa, saqué un cigarrillo y lo encendí. Un mes y a bachiller. El tiempo pasa muy rápido, pensé. Tenía que mejorar. Suspiré. Miré a un lado y a otro. Nadie. Tan solo el aire, el sol y yo. Cerré los ojos y levanté la cabeza hacia 'el caluroso Lorenzo'. Una calada. El humo desaparecía nada más salir de mi boca. Mi gata apareció de pronto y, al igual que yo, se puso a tomar el sol con los ojos cerrados. Tres meses con mi chico. Sonrío. Otra calada. La muerte pasaba de mi garganta a mis pulmones en tan solo un segundo. Aún así, aquel instante era perfecto. A veces, la soledad no viene mal, pensé. Abrí los ojos y miré al horizonte. El viaje de fin de curso sería perfecto, sobretodo sabiendo que ella vendría conmigo. Mi mejor amiga. Una sonrisa más y, de nuevo, una calada. Diez años juntos ya. Miré nuestro tatuaje. Ese pequeño pero importante símbolo en común. Una abeja pasó por delante de mí y di un paso hacia atrás. Otra calada, por el susto. El cigarro se consumía lentamente, decidí tirarlo. Fui al lado izquierdo del balcón para que al caer no fuese dentro de mi jardín. Y entonces la vi.

miércoles, 13 de abril de 2011

Yo soy yo y mis circunstancias.



Muchas veces, al definirme, decía: soy una chica normal. Ahora lo tengo claro, no lo soy.
Aquella persona que de verdad quiera estar conmigo, tiene que saber que: Pese a que adoro hablar por teléfono, soy más de escuchar que de hablar. Hago las posturas más raras al dormir. Me parece sexy el camino de la felicidad. Amo incondicionalmente el chocolate. La música tiene que estar conmigo las 24 horas del día, aunque sea su respiración. Tengo cosquillas en todas y cada una de las partes del cuerpo. Tiendo a decir tonterías, pero no soy tonta. Me gusta saltar e intentar alcanzar las nubes. Adoro las marcas, con esto me refiero, a los tatuajes. Cuando estoy triste me gusta tocar el piano. Tengo la extraña pero especial manía, de tener el volumen de la televisión en un número de la tabla del 5, aunque exceptúo el 12. Odio a los nacionalistas. Me gusta muchísimo viajar, los pequeños detalles y sonreír, pese a no tener la sonrisa más perfecta. No me gusta que me mientan, pero de vez en cuando yo lo hago. Me cuesta pedir perdón. Mi orgullo está por encima de demasiadas cosas. La inocencia es uno de mis defectos, aunque prefiero sentir dolor a no sentir nada en absoluto. Otra de mis manías es la ducha, siempre a las 20:00. Quien sabe, quizá son demasiadas cosas, o quizá se quede corto.

lunes, 11 de abril de 2011

Empezaron los exámenes.


Estaba claro que algún día llegaría este día. Más que este día, estos meses. Los 4 últimos meses que decidirán mi futuro. ¿Pasaré a bachiller sin problemas, o quizá me quede un año más aquí? Dentro de un cuarto de hora me voy a subir a la habitación, le pediré amablemente a mi hermana que no moleste, cerraré la puerta, y me haré los resúmenes de todos y cada uno de los exámenes que tengo esta semana. Tengo que ponerme las pilas. Y sacar tiempo también para hacer deporte, ¡llega la operación bikini!

jueves, 7 de abril de 2011

Hasta luego.


Hace mucho tiempo, yo solía coger el bolígrafo y mi libreta preferida. Esos dos objetos que amaba tanto, que hacían de mis tardes ratitos más amenos, que me hacían olvidar los malos recuerdos. Simplemente, me sentaba en la cama, me concentraba, y dejaba volar mi imaginación. Escribía sobre cualquier cosa que me viniese a la cabeza. Instantes graciosos, minutos de desesperación, amor incondicional, amistades nuevas o, quizá, perdidas hace mucho tiempo. Luego, me paraba un minuto, reflexionaba, y lo leía en voz alta. Como yo sólo sé leer mis fragmentos.
Hace tiempo que el bolígrafo está en la mesa, justo en la esquina derecha de aquella libreta. Por las mañanas los miro y les pido perdón, por olvidarles. ¿Quizá ya no tengo tiempo? ¿Quizá la imaginación me ha abandonado? O, simplemente, no sirvo para esto.