lunes, 8 de septiembre de 2014

Hola, soy yo.


Me gustaría pedir perdón a todas aquellas personas a las que he hecho desaparecer de mi vida por culpa de un egoísmo ajeno. Por no escuchar los consejos, las advertencias, los ruegos. Lo siento por todas aquellas personas que dejé de lado; lo siento, mamá, por hacerte creer que me ibas a perder. Lo siento por todos los disgustos que os he hecho pasar. Perdonadme, por favor, por no darme cuenta de que tenía ya medio cuerpo hundido en el lodo. Lo siento por las mentiras. Lo siento por todas aquellas noches en las que lloré en silencio, por todas las veces que me destrocé los nudillos contra la puerta, por dejarme llevar tan fácilmente. Joder, lo siento por no darme cuenta de que lo mejor de mi vida cada día estaba a más pasos de distancia. Y, aún así, gracias por todo el apoyo. Gracias por no dejarme de lado aún habiéndome comportado como una gilipollas. Gracias, de verdad, porque sois muy grandes. Juro que volveré a ser yo, la felicidad en persona, la payasa de siempre.

Porque ahora soy libre.