sábado, 25 de enero de 2020

Que alguien me ayude.

La asfixió como a la colilla de un cigarro.
La asfixió hasta que ya no pudo más.
Y su alma, como el humo, escapó hacia donde sea que escapan las almas.
Despacio. Etéreas.
Y así, sin alma, volvió a levantarse.
Y ya de pie, volvió a caminar.
Volvió a prenderse.
Aprendió.