sábado, 5 de enero de 2013

Mierda.

¿Hace cuánto que no escribo algo? ¿Hace cuánto que no aparto la silla del escritorio haciéndola rodar mientras me siento riéndome sola? ¿Hace cuánto que no abro la libreta y dejo que el bolígrafo se mueva a su antojo por ella? La cuestión es... ¿Hace cuánto que no sonrío? ¿Hace cuánto tiempo que dejé que la angustia se apoderara de mí cada noche? ¿Cómo he llegado a este punto? Ya no lo recuerdo. 
Lo último que recuerdo es que tenía una vida maravillosa. Cada día me despertaba con ganas de comerme el mundo, con mil razones para vivir, con una sonrisa de oreja a oreja. Y aquel chico, aquel maravilloso chico que lo dio todo y más por mí, aquel chico que aparecía cada fin de semana en mi puerta, puntual, como un reloj, con los brazos abiertos y con un nuevo plan en mente. ¿Dónde quedó todo aquello? 

Soy estúpida. Jamás me conformo con lo que tengo, siempre quiero más y más, todo en exceso, todo para mí. Maldita egoísta. No me dí cuenta de lo que tenía, no me dí cuenta que iba de cabeza hacia un mundo de mierda, alcohol y gente inmadura ¿Por qué tuve que aceptar aquel encargo? ¿Por qué no aprendo de una JODIDA vez a decir que no? Errores, mi vida se basa en ir cometiendo errores, en ir tanteando el terreno, creer que está todo bajo control y quedar como una tonta siempre. En confiar en la gente que más tarde me apuñalará por la espalda, en reír con las personas que me harán llorar y hacer llorar a las personas que tan solo intentan hacerme reír. Todo lo hago mal. Voy por la vida con actitud segura, con una sonrisa falsa e intentando hacer creer que todo va bien. Mintiendo. Me paso la vida mintiendo. Manipulando. 

Me han jodido tantas veces que ya no consigo distinguir a las personas. Ya no sé en quién confiar y en quien no, ya no sé de quién enamorarme y de quién no, ya no sé a quién contar mis temores y mis dudas y a quién no... Así que he dejado de confiar, de enamorarme y de hablar de mis asuntos. Trato a todas las personas como si fuesen a joderme, siempre a la defensiva, siempre alerta. Voy por la vida fingiendo que no tengo sentimientos, que soy más dura que una roca y que nadie puede conmigo. Ojalá. 

¿Pero sabes qué? Que estoy hasta los cojones. Que no me da la gana que por culpa de los cuatro subnormales de turno tenga que pasarme las noches llorando, repitiéndome una y otra vez que es culpa mía. 
NO, NO, NO, NO Y NO.
Mi familia, mi mejor amiga y mis estudios. Esa es y será mi única preocupación a partir de hoy. No más lágrimas, no más sangre, no más auto-insultos. Si queréis destruirme lo vais a tener muy difícil. Soy como soy y no voy a cambiar por NADIE. Pienso ir con la cabeza bien alta, vistiendo una gran sonrisa y sin preocuparme por nada.


NADIE PUEDE HACERME DAÑO.



4 comentarios:

  1. No. No pienso lo mismo.

    1-. No eres estúpida, y lo sabes.

    El hecho de querer cosas no significa, en absoluto, que lo seas. Todos, TODOS, deseamos cosas que pueden o no ser alcanzadas.

    2-. Ser egoísta no es tan malo.

    Sé egoísta para ti, para cuidar de lo que te importa, de tu vida, de tu familia, de tu chico, de ti misma, de esas cosas que hacen que te sientas bien y te hacen sonreír cuando las piensas o las recuerdas.

    3-. La vida de cualquiera esta llena de errores.

    Nadie hace todo bien. Lo importante es darse cuenta de los errores cometidos e intentar no repetirlos, aunque, tenlo por seguro, alguno se repetirá. Aprende de ellos, úsalos para seguir adelante. (Recuerda que hasta una patada en el culo nos impulsa hacia delante).

    4-. No dejes de confiar en todo el mundo.

    Aunque no lo creas seguro que encuentras alguien en quien confiar. No digo que no uses una coraza para protegerte. Úsala si quieres, pero permeabiliza a la gente que te quiere, que te aprecia, que se preocupe por ti.

    5-. Eres quien eres.

    Eso no va a cambiarlo nada ni nadie. No, tu tampoco podrás hacerlo. Y por eso mismo, por ser quien y como eres, hay gente que te aprecia y te quiere tal como eres. También habrá gente que no, pero eso no es importante.

    Puedes pensar lo que quieras de este comentario, pero ten en cuenta una cosa: yo también me he sentido así.

    Un beso, Maia. Suerte. Animo.

    Gracias por haberme concedido la suerte de haberte conocido.

    ResponderEliminar
  2. Maia, de esta vamos a salir juntas. Voy a estar ahí para cuando quieras y hacerte reír con mis tonterías. Te quiero demasiado como para verte así.

    Año nuevo, vida nueva.

    ResponderEliminar
  3. Es un decreto... nadie puede hacerte daño... solo tú.

    ResponderEliminar
  4. A todos nos viene bien hacer un reseteo de vez en cuando para encontrarnos. Ánimo.

    ResponderEliminar