sábado, 8 de octubre de 2011

Feelings.


Ayer fue el cumpleaños de mi madre. Y lo recordé la noche anterior. No le compramos ningún regalo, ni tan siquiera estuvimos en casa con ella. La operan en unos meses, casi no puede moverse ni coger el coche, pero en casa no hacemos nada. La he visto llorar. Y no he hecho nada. Somos unos egoístas. Solo pensamos en nosotros.
Me levanto y no veo nada más. No veo mi futuro. No sé qué hacer. Me quedo parada, pensativa. Miro mi habitación; los deberes sin hacer, los libros sin leer, las fotos sin colgar. Y pienso. ¿Y qué? Desayuno y me vuelvo a tumbar en la cama. No me apetece hacer nada. Me falta algo. Una motivación. Un motivo para seguir con los estudios. Alguien que esté encima mío apoyándome. Y yo tan solo hago que pensar, que la única persona que me puede ayudar, la tengo a 400 km de distancia. Y me hundo.
El otro día volví a coger la cuchilla. Seguramente esta confesión me cueste algunas lágrimas y algunas regañinas, pero necesitaba decirlo. Me siento sola. Veo a mis amigas con sus respectivas parejas. Los besos, los abrazos, los mensajes, las miradas, cogidos de la mano, queriéndose. ¿Y yo? ¿Qué hago aquí? ¿Quién ha decidido que tengo que estar aquí? ¿Qué misión tengo en este mundo? Cada cosa que toco la rompo. Cada persona que consigo hacer feliz, al final, acabo llevándola a la ruina. Me canso.
No sé cuánto tiempo me queda. Solo sé que voy a desperdiciarlo como no encuentre una solución.

No hay comentarios:

Publicar un comentario